domingo, 5 de febrero de 2012

El curso de la acogida

Hola a todos, hace mucho tiempo que no me paraba a escribir unas líneas en el blog, pero el que tenga tres niños entenderá el por que no lo puedo hacer con la asiduidad que me gustaría.
Bueno pues os pondré al corriente de lo acontecido últimamente.
El peque está feliz y más adaptado que nosotros, campa a sus anchas por el que ya es su territorio.
No todo ha sido estupendo, la verdad, esto tiene sus más y sus menos como todo, lo peor fue después de una visita con su padre que vino desencajado.
Ya no sabíamos ni que hacer con él, afortunadamente fueron 15 días malos y gracias a Dios también tengo mucha gente, sobre todo familias de acogida, la psicóloga que nos dio el curso y la presidenta de la asociación de padres de acogida, que nos ayudaron en esos momentos difíciles.
Muchas veces no se trata de que te den una fórmula mágica  para solucionar todos los problemas, sino de simplemente compartir experiencias con personas que están pasando o han pasado por lo mismo que tú, y aunque parezca mentira ayuda y mucho.
En fin que vimos la cara b de nuestro niño y de lo que es una acogida y aunque no nos gustó, es lo que hay, un peque  de dos años rebotado contra el mundo y sobre todo contra nosotros por que no sabe muy bien que es todo eso que pasa a su alrededor.
No entiende lo de tener padres por partida doble ( a unos que sólo ve una vez cada dos meses, en el mejor de los casos), que le dejemos marchar a las visitas mientras llora suplicandonos que no quiere ir...en fin tantas cosas que sólo él entiende... no nos que da otra que poner cara de poker y dejar hacer a los que se supone hacen lo mejor ¿para el niño?, en fin que cada uno saque sus propias conclusiones.
De todos modos cuando todo vuelve a la normalidad y le vemos sonreír de nuevo y pasearse por casa diciendo que se lo a pasado super- bien jugando con su camión y sus coches, se te pasa todo y vuelves a esperar con incertidumbre la siguiente visita y a rezar para que todo vaya bien y no vuelva con su cara b.
De todos modos y pese a esos momentos, no me arrepiento ni por un instante de esta maravillosa locura que es ser padres de acogida.
Al fin y al cabo también hay temporadas en los que tus hijos biológicos tienen esas rachas extrañas en las que no sabes muy bien por dónde cogerles ¿ no?.

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